No conocia ese tu (primer historia MorBy)

Mordecai abrió la puerta de la casa flojamente. De rostro abatido y con ojos brillantes. Caminó lentamente hacia la escalera, con el fin de dirigirse a su habitación, ignorando por completo a cierto mapache que jugaba videojuegos en su sala.

"Oye Mordecai, ¿quieres jugar 'El reino de Darthon'?" Dijo con una sonrisa. No obtuvo respuesta.

"¿Mordecai…? ¿Mordecai?" Repitió, con la misma suerte. Rigby se levantó de su asiento y se acercó a Mordecai, notando de inmediato su derrotado semblante. Con expresión de sorpresa, se atrevió a realizar otra pregunta. "¿Estás bien?"

"Ahora no, Rigby." Respondió monótono, y siguió caminando hacia la escalera sin chistar. Aquello no satisfizo al mapache. Sin embargo, algo en él le dijo que no debería insistir esta vez.

"Ya se le pasará," pensó Rigby, y se dispuso a su asiento a seguir jugando, intentando no preocuparse demasiado él. Iba a ser difícil…

--------

No lo podía entender.

Han sido algunos meses desde comenzaron a salir. Repetía y repetía en su mente el momento en que reunió valor para invitar a Margaret a salir. Y lo mucho que se divertían. Se sentía especial. Sentía que lograba conquistarla por fin.

"No estoy segura de lo que siento, Mordecai." Tan simple y poco explicativo. La oración hacía eco en su mente, perforando sus oídos como si lo escuchara una y otra vez. Fue la respuesta que recibió Mordecai al pedirle ser su novio. Pero estaba determinado. Esperaría al momento en que finalmente Margaret termine en sus brazos. Aquel momento que nunca llegó. Mordecai pasaba a recordar la desagradable imagen de otro chico besándola. No lo podía entender.

Habían pasado horas que no salía de su habitación. Definitivamente aquel se había convertido en uno de esos días en que no quería ver y ser visto por nadie. Sus ojos seguían algo húmedos, y lágrimas secas eran visibles en su rostro. Sin embargo, se encontraba mucho más calmado que hace algunas horas. Volteó a ver su reloj digital: 9:24PM.

Se levantó de su cama y bajó, sacando algo debajo de ella. Una regular guitarra color caoba, de contorno blanco. Mordecai no pudo evitar recordar la historia de aquel instrumento. Después del fiasco/éxito de Mordecai y Los Rigbys, encontró cierto gusto en tocar guitarra. Ahorró dinero, y compró una de segunda mano, la que ahora sostiene, y aprendió de a pocos con la ayuda de la Internet. Además, aunque suene algo tonto, pensó que lo ayudaría a impresionar a Margaret en algún momento. Algo que encuentra muy improbable ahora…

Sentado con su cama, acomodó su posición sosteniendo la guitarra. Como todo guitarrista con un poco de experiencia, rasgaba cada cuerda por separado, chequeando que la afinación sea la correcta. Movía perilla por perilla, ajustando el sonido a su parecer. Unos meses aprendiendo a tocar fueron suficientes para memorizar los sonidos de cada cuerda, así que dicha tarea la realizó sin mayor dificultad. Suspiró, posicionó sus dedos en los trastes, y rasgó DO…

A lonely road, crossed another cold state line

Miles away from those I love, purpose hard to find

While I recall all the words you spoke to me

Can't help but wish that I was there

Back where I'd love to be, oh yeah

--------

Tocaban a la puerta. Rigby caminó apresurado y la abrió, revelando al regular repartidor de pizza, quien declaró la orden y el precio de ésta. El mapache sin decir una palabra, entregó la cantidad exacta y recibió dos cajas de pizza. Después, prosiguió a dejar las cajas encima de la mesa en la cocina.

"Tal vez esto lo anime," pensó con una sonrisa. Subió las escaleras con prisa y caminó hacia la puerta de su habitación, esta vez con precaución. Notó que la puerta estaba entrecerrada, así que decidió echar un vistazo, en caso Mordecai esté dormido. Asomó un ojo hacia la apertura de la puerta, solo para ver a Mordecai tocando guitarra, una canción bastante familiar para él.

Dear God the only thing I ask of you is

to hold her when I'm not around,

when I'm much too far away

Rigby nunca supo que Mordecai era hábil tocando el instrumento, en especial una canción así de difícil de interpretar. No quería interrumpirlo mientras tocaba. Tan solo atinó a seguir escuchándolo, sintiendo una inexplicable calidez al oír su voz cantante. Rigby no entendió porqué, pero pudo sentir calor en sus mejillas. Y cantó en voz baja la canción junto con el arrendajo...

We all need that person who can be true to you

But I left her when I found her

And now I wish I'd stayed

'Cause I'm lonely and I'm tired

I'm missing you again oh no

Once again

Para las últimas líneas, el ave pudo sentir sus ojos humedeciéndose de nuevo y su voz temblorosa, sosteniendo la última nota con dificultad. Nunca fue un gran cantante, pero su voz ha sido catalogada como 'decente'. Mientras tanto, Rigby aún pensaba pasar desapercibido.

"¿Rigby?" Preguntó sin mirar hacia la puerta. El silencio llenó el ambiente, hasta que Mordecai insistió. "Vamos, sé que estás allí." Era inevitable. El mapache abrió la puerta.

"Uhm... ordené pizza. Pensé que te animaría," dudoso, dijo con una leve pero sincera sonrisa. El arrendajo sonrió también, sin responder nada. Aquello fue suficiente para que Rigby sienta la comodidad para acercarse a Mordecai. Se sentó a su lado.

"¿Es sobre Margaret, cierto?" dijo Rigby en tono interrogante. El ave asintió con la cabeza, y prosiguió a explicarle lo que ocurrió. No entró en detalles, pues Rigby estaba bien informado sobre su situación con Mordecai.

"¿Lo ves? ¡Te dije que esa... chica siempre cambia de novio! Era cuestión de tiempo hasta-"

"¡Rigby, ahora no!" lo interrumpió. Una expresión de enojo y tristeza ante la reacción del mapache. Rigby no planeaba detenerse, hasta que vio fijo su rostro. No estaba acostumbrado a 'basura emocional' y nunca fue de su agrado, pero no pudo continuar después de ver a Mordecai. Algo lo detuvo y estaba seguro que no era por tratarse de Mordecai. Se trataba de algo más..

"¿Sabes? Por un momento creí que me amaba..."

Mordecai volteó su cara lejos del mapache. El silencio cubrió la habitación una vez más. Rigby creyó ver una lágrima brotar, y sintió quebrarse un poco por dentro. Definitivamente, odiaba ver a Mordecai así. Supiró.

"Mira, Mordecai..." gruño, "Sabes que odio basura como ésta, así que más vale que te sientas mejor después." El arrendajo lo miraba con curiosidad. Sin decir más, Rigby se acercó a él, apoyó su cuerpo en el suyo, y lo envolvió en sus pequeños brazos. Mordecai abrió grandes sus ojos mientras se daba cuenta de lo que ocurría. Sin mayor consciencia, acercó sus alas al mapache y lo envolvió de igual manera. Las mejillas de Rigby ardían al sentir aquel contacto, y apretó el abrazo.

Duró lo que parecía una eternidad, y no es que les haya desagradado, hasta que Rigby fue el primero en soltar. Se encontró la sonrisa del arrendajo.

"En realidad..." El corazón del mapache latió rápido, aún sin saber por qué. "Sí me hizo sentir mejor. Gracias, Rigby," dijo Mordecai con una sonrisa, mientras colocaba una mano en el hombro de su amigo. El hecho que ese abrazo lo haya hecho sentir mejor también era un misterio para él.

"Lo que sea. Ya sabes que odio que estés emocional, llorando como niña. Y ni una palabra de esto," dijo, ocultando el rubor de sus mejillas. Mordecai se rió ante el comentario.

"Mira quién habla, señor 'Quiero ser el jugador uno'. Creo que lloraste una hora entera por eso," exclamó Mordecai, riéndose.

"¡No hables!" Rigby golpeó patéticamente el brazo de Mordecai.

"Ya, tranquilo. Me siento mejor. Vamos por esa pizza." Rigby una vez más sintió que su corazón se aceleraba mientras el ave lo veía fijamente.

"Vamos. Me debes una," dijo, bajando de la cama y dirigiéndose hacia la puerta. Parece que el contacto visual lo incomodaba. Sí, tal vez era eso.

"¿Te debo qué? ¿Otro abrazo? ¿O prefieres un besito?" dijo Mordecai en tono de burla.

"¡Cállate!" Rigby sintió calor en sus mejillas una vez más.

"Espera... ¡¿por qué lo estoy imaginando?!"